miércoles, 4 de noviembre de 2009

Orientaciones: Trastorno del espectro alcohólico fetal



¿Qué son los trastornos del espectro alcohólico fetal?
Trastornos del espectro alcohólico fetal (FASD, por sus siglas en inglés) es el nombre que se da a una serie de afecciones que una persona puede tener si su madre bebió alcohol mientras estuvo embarazada. Estas afecciones abarcan discapacidades tanto físicas como intelectuales, así como problemas de conducta y aprendizaje. Con frecuencia se presentan varios de estos problemas a la vez.
¿Cuáles son las causas de los FASD y cómo se pueden prevenir?
Los FASD se presentan si la mujer toma alcohol mientras está embarazada. No se sabe de ninguna cantidad de alcohol que la madre pueda ingerir durante el embarazo sin que corra ningún riesgo. Cualquier bebida que contiene alcohol puede afectar al bebé que se está formando. No hay ningún momento en el embarazo en el cual se pueda beber sin correr riesgos, el alcohol puede perjudicar al bebé en cualquier etapa del embarazo. Por lo tanto, para prevenir los FASD, la mujer no debe beber alcohol ni durante el embarazo ni si piensa que podría quedar embarazada. Los FASD son totalmente prevenibles. Si la mujer no bebe alcohol mientras está embarazada, su bebé no tendrá ningún FASD.
¿Cuáles son los signos de los FASD?
Los signos de FASD pueden ser físicos o intelectuales, es decir, pueden afectar tanto la mente como el cuerpo, o ambos. Debido a que los FASD abarcan una serie de trastornos, las personas que los padecen pueden presentar una amplia variedad y combinación de signos.
Entre los signos físicos de los FASD pueden encontrarse rasgos faciales anormales, tales como una apertura pequeña de los ojos o surco nasolabial liso (espacio sin marca entre el labio superior y la nariz), cabeza pequeña, estatura baja y bajo peso corporal. En contados casos pueden presentarse problemas cardíacos, renales, óseos o auditivos.
Entre los signos intelectuales y de conducta que puede presentar una persona con FASD se encuentran problemas de memoria, de control de sus emociones e impulsos, de sus destrezas motoras y académicas (especialmente relacionadas con las matemáticas) y de atención así como un bajo coeficiente intelectual. También es posible que se presenten problemas de aprendizaje.
¿Qué puedo hacer si creo que mi hijo tiene un FASD?
Hable con el médico o la enfermera de su hijo. Si usted o el médico sospechan que existe algún problema, pida una cita con un especialista (alguien que conozca a fondo de FASD), como un pediatra especializado en desarrollo, un psicólogo infantil o un genetista.